diumenge, 30 d’agost del 2020

39 Desde mi ventana: Roberto


 

Roberto.

Sé que me encontraba muy mal y que tenía mucha fiebre. Marina se quedó en casa con el bebé y yo me fui en taxi a urgencias al hospital porque no podía conducir. Pensé que me darían un tratamiento y volvería a casa enseguida. Sin embargo, me hicieron una PCR y me ingresaron en la UCI.

A partir de ahí ya no recuerdo nada más.

Cuando de nuevo tuve conciencia, me encontré en una cama sin poder moverme rodeado de aparatos extraños y tubos por todas partes. Las personas que se me acercaban vestían de manera rara, no habitual. No sé si fue el efecto de los sedantes, y os podéis reír si queréis, pero lo primero que pensé era que, aunque jamás lo había creído, existían los extraterrestres y a mí me habían abducido. Me entró el pánico y quise levantarme, pero mi cuerpo estaba como pegado a la cama. Apenas tenía fuerzas para mover un dedo. 

Cuando iba a gritar pidiendo ayuda se me acercaron y a través de aquella vestimenta pude ver sus ojos como los míos y su cara sonriente. Aquello no cuadraba con una situación de peligro. Me llamaban campeón y valiente, aunque yo no tenía ni idea de por qué.

Parece ser que estuve en coma inducido 95 dias a causa del covid 19. Cada vez que parecía que mejoraba surgía una nueva complicación, neumonía, insuficiencia renal y fallos cardiacos fueron los más graves. Estuve a punto de decir adiós a este mundo unas cuantas veces, pero parece que no tenía prisa por marchar y me recuperaba de nuevo.

No quiero pensar como lo pasó Marina, con el bebé, sola en casa, sin poder estar conmigo y pendiente en todo momento del teléfono, un dia y otro dia, y yo sin enterarme de nada.

Los extraterrestres del hospital se convirtieron en amables sanitarios que se desvivían por mí. Jamás les podré agradecer su trabajo como merecen.

Ahora estoy en planta. Cuando me den el alta y vuelva a casa seguiré luchando con todas mis fuerzas por seguir adelante.

Desde mi ventana solo veo la luna y las estrellas durante la noche, el azul del cielo y alguna nube durante el dia. No sé a qué altura estoy del hospital, creo que en la planta 9.

Estoy dispuesto a colaborar en cualquier cosa que necesiten de mi para investigar y salvar vidas.

Me he perdido tres meses de la vida de mi hijo, pero podría haber sido mucho peor.

¡Viva la vida!

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada